lunes, 30 de abril de 2012

Fátima Molina, ícono de la moda nativo urbana

Fátima Molina Piza hace de cada diseño una propuesta sobria, casual y exclusiva. Sus creaciones se distinguen por su estilo nativo-urbano, que fusiona la estética de las tribus urbanas con materiales nativos, como la bayeta, el tocuyo y textiles.

Esta diseñadora boliviana refleja en cada pieza rasgos de grupos urbanos -como punks, góticos y metaleros- revalorizando elementos distintivos de nuestra cultura, en prendas con calidad de exportación.

Los materiales que utiliza provienen de Chuquisaca, Potosí y La Paz, y son adquiridos de familias productoras, porque no se los fabrica industrialmente.

En la tienda que lleva su nombre y que fue inaugurada en 2006, exhibe prendas de vestir, joyas de plata y accesorios para damas, niños y varones.

Soleras, pantalones, abrigos, carteras e incluso vestidos de novia son elaborados en su taller, desde el diseño en papel hasta la confección y el acabado fino.

Cada material recibe un tratamiento especial para que no se destiña con el roce del agua y no se encoja con el tiempo.

Hoy, a sus 31 años, cuenta con dos colecciones de moda -con 70 propuestas en total- y va por una tercera que, según prevé, lanzará en noviembre de este año.

“Trato de producir todo el tiempo, porque la inspiración llega en cualquier momento”, dice con una distintiva espontaneidad que la caracteriza.

De padre orfebre y madre gemóloga, Fátima lleva el arte en las venas. Es así que, a sus 15 años, estudió diseño de modas en la Academia Teniente, de La Paz, y más tarde ingresó a la carrera de bellas artes en la Universidad Mayor de San Andrés.

No obstante, ella considera que su mejor escuela es la práctica diaria, con un aprendizaje empírico y autodidacta.

Sobre tablas y pasarelas

Su primera aparición pública fue en 2004, en el primer Congreso de Textiles Originarios y de Alta Costura, realizado en La Paz, en la que participaron diseñadoras y productoras de textiles nativos de diferentes países.

Posteriormente realizó trabajos para certámenes de belleza de Miss La Paz y Miss Bolivia, luciendo un estilo diferenciado.

También creó diseños para representantes bolivianos de Viña del Mar, e incluso hizo el vestuario del grupo folklórico Kalamarca inspirada en una de sus afamadas canciones.

Cada cliente de Fátima es un mundo aparte. Por ello prioriza hacer prendas personalizadas y a medida, según el requerimiento que reciba, para mantener la exclusividad de su trabajo.

Y aunque todas sus creaciones tienen buena acogida, los más requeridos son los abrigos con monedas del año 1900, como botones y vestidos con tul y corsé.

Alejandro Martínez, de 20 años, quien es el brazo derecho de Fátima en los diseños, opina que el estilo de cada prenda “es una combinación rústica y alternativa como muy pocas se ven en la ciudad de La Paz”.

Los tres meses de experiencia en el rubro no limitan su talento, pues con acierto determina las tallas y colores que son más adecuadas para el cliente o la modelo que lucirá uno de estos trajes.

Por su parte, Estefania Ocampo, encargada de marketing, indica que estos productos son bastante adquiridos por un público local y extranjero, porque encuentran una marcada identidad cultural en los diseños.

“Cada prenda es diferente, porque en el proceso surgen nuevas ideas; y lo más gratificante de eso es crear y ver que a la gente le gusta lo que haces, que se apropia de tu creación”, dice la diseñadora, quien hizo de La Paz su fuente de inspiración.

Sin descartar la idea de exportar estas piezas en un futuro, por el momento se concentran en satisfacer la demanda local.

No obstante, uno de sus más grandes sueños es formar un colectivo de diseñadores en La Paz, para destacar el talento que tienen muchos diseñadores de moda jóvenes que todavía no se dieron a conocer en el medio.

Entretanto, el proceso creativo no se detiene. Esta joven emprendedora disfruta al materializar sus ideas, con la satisfacción de hacer piezas únicas y que son valoradas en el medio.

Productos y precios
Venta La tienda de Fátima Molina Piza se encuentra en el pasaje Ballivián, a media cuadra de la avenida Ecuador, entre Belisario Salinas y Rosendo Gutiérrez, zona Sopocachi.


Precios El precio de las prendas oscila entre 30 y 1.500 bolivianos, según el material y el modelo que se requiera.


Desfiles Los alumnos que realizan los cursos impartidos por Fátima Molina sobre diseño de moda realizarán un desfile de modas para dar a conocer sus propias creaciones al público.

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